Nuestras Fuerzas dependen de Jesús Nuestro Redentor (Inspirado por una prédica de la Pastora Yesenia Then)

La oración no es un acto fanático, ni religioso.

La oración no es fugaz, ni trabalenguas.

La oración no son textos aprendidos de memoria.

La oración no tiene una formula o un best-practice-strategy.

La oración es abrirle el corazón a Papá Dios.

La oración es una conversación de amor entre Papá Dios y yo/tú (sus hijos).

 

Mi peor enemigo en mi vida cristiana y mi relación con Dios Padre, nuestro creador, es mi naturaleza carnal. Si los deseos de mi carne son mayores a los deseos de mi espíritu, entonces se deteriora mi ser, mi vida y mi relación con la Fuente de la vida, la paz y la alegría en un mundo lleno de crueldades se me va.

 

Mis ojos ven muy a menudo solo las cosas del mundo, pero Dios Padre Todopoderoso todo lo ve, todo lo sabe, todo lo ha creado con Su Santo Espíritu por medio de Jesús Nuestro Salvador. Dichosos el hombre que ven las cosas celestiales, pues a ellos se les fue revelado los grandes misterioso del Reino Sublime De Dios Padre Todopoderoso bajo la Gracia Divina de Jesucristo Nuestro Salvador y Redentor. Gloria a Dios Padre Todopoderoso en el Poderoso Nombre de Jesús.

 

Papá Dios, Hermano Jesús, enséñenme a orar con dependencia y esperanza de un hijo hacia su padre, dame ojos y oídos espirituales para percibir y ver los grandes misteriosos del Reino de Los Cielos. Dame PASION como Ríos de Agua Viva por las cosas del Reino de Dios y toda su Justicia. Dame alegría y coraje en mi espíritu en medio de mis aflicciones como se lo diste a Pablo, aún estando tras las rejas (Efesios 3:1). Que mi alma y mi corazón no se turben ni desmayen como a David (147:2).

 

Asi como nuestra naturaleza carnal que habita en nosotros, También se nos fue dado los dones del Espíritu Santo. Estos dones están en nosotros para quedarse, son irrevocables, lo cual quiere decir que Papa Dios no tiene ninguna intención de quitárnoslos. Estos dones se nos fueron dados para afrontar las batallas espirituales, las adversidades en nuestro diario caminar y para conocer y seguir a Jesús nuestro único Redentor y Salvador. Jesús dijo que el que cree en el tiene y tendrá un río de agua viva dentro de si (Juan 7:37-39). Pero depende de nuestro sincere Sí a Jesús para que este río se active. La verdad es que si el río no es activado los dones del Espíritu Santo no pueden producir frutos en nosotros. El río activado es la fuerza que tenemos en Cristo Jesús. Jesús es nuestra fuerza, el agua que nos calma y nos calmará la sed de justiciar y nos dará fuerzas para hacer el bien que tanto anhelamos hacer.

 

Nada Podemos hacer sin el respaldo y poder De Dios por medio de Jesús Nuestro Redentor y Salvador. Vayamos todos a Jesús para que nos recargue el río de agua viva.

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