Jesús, nuestro único salvador
Dios padre todopoderoso es el único Santo e Inmaculado. Dios, nuestro creador no puede habitar ni obrar donde HABITA el pecado. Por eso envió a su unigénito para habitar entre los pecadores para enseñarnos y revelarnos su verdad: que Dios, nuestro creador es el único puro y limpio, y que en él no hay maldad alguna porque él aborrece el mal.
El mal que es fruto de nuestra naturaleza pecaminosa, es la raíz del pecado. Y la tierra está infestada de maldad a causa de la constancia del hombre en su rebeldía contra el bien y por ende contra Dios, el autor del bien.
Jesús nos enseña sobre la impotencia y la falta de poder que tenemos sobre nuestros pescados. La mayoría de sus enseñanzas van dirigidas a hacernos ver que nada podemos hacer para librarnos de nuestra naturaleza pecaminosa, sino que es por intervención divina en donde Dios mismo se hace manifiesto por medio de Jesus, y nos libra de nuestros pecados.
Jesús nos enseña que el mayor mandamiento de todos es hacer reverencia y darle el debido respeto a Dios Padre Santo porque Dios es lo más sagrado que existe y que siempre ha existido en la tierra y en el cielo. Nadie conoce a Dios padre todopoderoso sino a Jesús mismo. Pues Jesús fue creado por Dios desde el principio de los tiempos y vino entre nosotros y vivió toda su vida solo para agradar a Dios padre todopoderoso y por eso fue entregado a muerte, porque representaba el bien que el mundo rechaza. Y ese es el acto de fe más alto que podemos hacer para defender nuestra reverencia a Dios nuestro Padre Celestial. Por eso la vida de Jesús es nuestro GPS para caminar una vida con rectitud, verdad y justicia basada en las Sagradas escrituras, que agradan a Dios nuestro padre todopoderoso, y al final recibir nuestro galardón de ser transformados en hijos adoptivos De Dios, y vivir en eterna paz en su presencia. En esto Jesús hasta nos adelanta que en la casa de su padre hay muchas habitaciones para recibirnos.
Pero Dios no puede obrar en un corazón que no conoce ni practica el bien. Porque conocer el bien implica primeramente conocer y venerar al autor del bien. Pues el que no conoce el bien está ciego, sordo y mudo ante la infinita e inagotable misericordia y amor De Dios. Porque desde el principio de los tiempos Dios le dio al ser humano la libertad de escoger el bien lo cual implica vivir en obediencia ante él (por medio de su palabra), o elegir el mal lo cual implica vivir en rebeldía hacia él. Aún así Dios sabiendo que el hombre no puede vivir sin él, buscó la manera de redimirnos/liberarnos de nuestros pecados y de nuestra naturaleza pecaminosa.
Y así como Juan el Bautista fue enviado para preparar el camino y el ministerio de Jesús, así también Jesús fue enviado para prepararnos y limpiarnos para así estar listos para entrar en la presencia de nuestro Padre Santo y Celestial. Pues vivir en la presencia De Dios es lo más sublime que el hombre pueda alcanzar en toda su existencia.
Pero reitero, Dios no puede habitar donde habita el pecado. Dios no puede obrar en personas que no se dejan o no se han dejado podar y limpiar por Jesús. De allí el mensaje de salvación: Ninguno viene al padre sino es por medio de Jesús.
Hermanos, Jesús es el mismo que favoreció y guió a Noé antes del diluvio, el mismo que visitó y obró en la vida de Abraham llamándolo, guiándolo y galardonándolo por su elección de obedecer a Dios, nuestro creador, y de enseñarlo a toda su casa. Jesús es el mismo que a causa de su promesa a Abraham, guió a Isaías en tiempos de tribulación con los Filisteos. Jesús es el mismo que se le apareció a Jacob, lo bendijo y le cambió el nombre de Jacob a Israel. Jesús es el mismo que llamó, guió y empoderó a Moisés para que abriera el mar rojo. Jesús es el mismo que llamó a Jonás para que advirtiera a Nínive de su destrucción. Y Jesús es el mismo mediador ante Dios Padre Santo e Inmaculado que anheló Job con tanta insistencia, para presentar su caso en el juicio De Dios sobre su amarga y terrible situación. Hermanos, a Jesús le es dada toda potestad en la tierra y en el cielo. Y es por eso que nuestras vidas y nuestra salvación está en manos de Jesús nuestro redentor salvador y sanador y protector…
La palabra de Dios nos invita a creer y seguir a Jesús y seremos salvos nosotros y nuestros hogares. En esto se cumple la promesa de liberación y salvación De Dios padre todopoderoso por medio de Jesús.
Gloria a Dios padre todopoderoso en el poderoso nombre de Jesús nuestro redentor. Amén
El mal que es fruto de nuestra naturaleza pecaminosa, es la raíz del pecado. Y la tierra está infestada de maldad a causa de la constancia del hombre en su rebeldía contra el bien y por ende contra Dios, el autor del bien.
Jesús nos enseña sobre la impotencia y la falta de poder que tenemos sobre nuestros pescados. La mayoría de sus enseñanzas van dirigidas a hacernos ver que nada podemos hacer para librarnos de nuestra naturaleza pecaminosa, sino que es por intervención divina en donde Dios mismo se hace manifiesto por medio de Jesus, y nos libra de nuestros pecados.
Jesús nos enseña que el mayor mandamiento de todos es hacer reverencia y darle el debido respeto a Dios Padre Santo porque Dios es lo más sagrado que existe y que siempre ha existido en la tierra y en el cielo. Nadie conoce a Dios padre todopoderoso sino a Jesús mismo. Pues Jesús fue creado por Dios desde el principio de los tiempos y vino entre nosotros y vivió toda su vida solo para agradar a Dios padre todopoderoso y por eso fue entregado a muerte, porque representaba el bien que el mundo rechaza. Y ese es el acto de fe más alto que podemos hacer para defender nuestra reverencia a Dios nuestro Padre Celestial. Por eso la vida de Jesús es nuestro GPS para caminar una vida con rectitud, verdad y justicia basada en las Sagradas escrituras, que agradan a Dios nuestro padre todopoderoso, y al final recibir nuestro galardón de ser transformados en hijos adoptivos De Dios, y vivir en eterna paz en su presencia. En esto Jesús hasta nos adelanta que en la casa de su padre hay muchas habitaciones para recibirnos.
Pero Dios no puede obrar en un corazón que no conoce ni practica el bien. Porque conocer el bien implica primeramente conocer y venerar al autor del bien. Pues el que no conoce el bien está ciego, sordo y mudo ante la infinita e inagotable misericordia y amor De Dios. Porque desde el principio de los tiempos Dios le dio al ser humano la libertad de escoger el bien lo cual implica vivir en obediencia ante él (por medio de su palabra), o elegir el mal lo cual implica vivir en rebeldía hacia él. Aún así Dios sabiendo que el hombre no puede vivir sin él, buscó la manera de redimirnos/liberarnos de nuestros pecados y de nuestra naturaleza pecaminosa.
Y así como Juan el Bautista fue enviado para preparar el camino y el ministerio de Jesús, así también Jesús fue enviado para prepararnos y limpiarnos para así estar listos para entrar en la presencia de nuestro Padre Santo y Celestial. Pues vivir en la presencia De Dios es lo más sublime que el hombre pueda alcanzar en toda su existencia.
Pero reitero, Dios no puede habitar donde habita el pecado. Dios no puede obrar en personas que no se dejan o no se han dejado podar y limpiar por Jesús. De allí el mensaje de salvación: Ninguno viene al padre sino es por medio de Jesús.
Hermanos, Jesús es el mismo que favoreció y guió a Noé antes del diluvio, el mismo que visitó y obró en la vida de Abraham llamándolo, guiándolo y galardonándolo por su elección de obedecer a Dios, nuestro creador, y de enseñarlo a toda su casa. Jesús es el mismo que a causa de su promesa a Abraham, guió a Isaías en tiempos de tribulación con los Filisteos. Jesús es el mismo que se le apareció a Jacob, lo bendijo y le cambió el nombre de Jacob a Israel. Jesús es el mismo que llamó, guió y empoderó a Moisés para que abriera el mar rojo. Jesús es el mismo que llamó a Jonás para que advirtiera a Nínive de su destrucción. Y Jesús es el mismo mediador ante Dios Padre Santo e Inmaculado que anheló Job con tanta insistencia, para presentar su caso en el juicio De Dios sobre su amarga y terrible situación. Hermanos, a Jesús le es dada toda potestad en la tierra y en el cielo. Y es por eso que nuestras vidas y nuestra salvación está en manos de Jesús nuestro redentor salvador y sanador y protector…
La palabra de Dios nos invita a creer y seguir a Jesús y seremos salvos nosotros y nuestros hogares. En esto se cumple la promesa de liberación y salvación De Dios padre todopoderoso por medio de Jesús.
Gloria a Dios padre todopoderoso en el poderoso nombre de Jesús nuestro redentor. Amén
